Alimentación Prebiótica, base de la Salud Física y Psíquica
Si te perdiste la charla que tuvimos en nuestro Espacio Ecológico hace unas semanas sobre Alimentación Prebiótica, aquí tienes un pequeño resumen.
Puede que en ocasiones hayas notado que las comidas no te sientan bien, o que cada vez que comes tu vientre se hincha, tienes reflujo, gases… en fin, malestar en general, que hacen que no disfrutes de los alimentos que tomas, incluso de aquellos que más te gustan… Es posible incluso, que sufras algunos síntomas que nada tienen que ver, aparentemente, con el sistema digestivo, y para los que ningún especialista es capaz de encontrar su origen (enfermedades autoinmunes, alergias, asma, etc).
Y es que a día de hoy, parece que los problemas digestivos se están convirtiendo en una de las principales patologías de consulta a nivel profesional (médicos, nutricionistas, etc). El estrés de la vida cotidiana y la calidad de los alimentos que ingerimos, alteran la microbiótica intestinal. O lo que es lo mismo, el funcionamiento de todos esos microorganismos que habitan nuestro intestino y cuyas funciones biológicas resultan de vital importancia para nuestra salud física y psíquica. Actualmente, se considera al sistema digestivo como el centro de la salud del ser humano, ya que constituye el 80% de nuestro sistema inmunitario y por tanto, cuidar de él significa prevenir enfermedades o si ya hay alteración de la salud, revertirla.
Pero, ¿qué podemos hacer para cuidar nuestro funcionamiento digestivo? La clave está en mimar y restablecer los microorganismos intestinales a través de una alimentación prebiótica, que nos aportará fibras fermentables para que esas bacterias vivan y puedan desarrollar sus funciones. Pero tranquilo, cuando hablamos de alimentación prebiótica, no estamos haciendo referencia a ninguna dieta milagrosa. Sólo nos estamos refiriendo a alimentos como las frutas, hortalizas y tubérculos, que contienen este tipo de fibra y son la base de nuestra salud. Se trata, por lo tanto, sólo de recuperar una alimentación sana y equilibrada, evitando, a la vez, los alimentos procesados que lo que hacen, entre otras cosas, es alimentar a los microorganismos no deseados. Si acompañas todo esto de un estilo de vida saludable, practicas deporte, ríes, meditas, descansas y desconectas, tu microbiótica intestinal te lo agradecerá.
Además, conviene destacar, como pauta dentro de la alimentación prebiótica, que el número de comidas diarias, no debe ser un esquema rígido. Es decir, aquello de hacer cinco comidas diarias, no se sustenta científicamente. Al contrario, las evidencias parecen apuntar que comer entre dos y tres veces al día parece ser una frecuencia óptima, porque además estas bacterias están directamente relacionadas con la sensación de hambre y saciedad. A mayor variedad de microorganismos intestinales, más durará la sensación de saciedad. Y al contrario, a menor variedad, aumentan las señales de hambre.
Por lo tanto, recuperar la salud intestinal y, por ende, la salud general, es tan fácil como recuperar una alimentación equilibrada, basada en frutas, verduras, tubérculos, pescados salvajes, carnes y huevos de calidad.
Es necesario que el ser humano recupere el instinto para diferenciar lo que es sano de lo que no. Lo que son alimentos, de lo que son productos de la industria alimentaria. Sólo así podrá mantenerse sano y feliz.
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